10 de febrero de 2010

Día 12: Parque Nacional Chiloé en Cucao - Castro.

Comenzaba nuestro tercer día en Chiloé y nuestro décimo segundo día de travesía por el Sur de Chile. Como les comente en el tema anterior hoy tenemos pensado viajar hasta Cucao para conocer el P.N. Chiloé.
Para llegar a Cucao partimos desde Ancud hacia el sur por la R5 hasta Castro (85 km aprox.), pasando Castro y se avanza unos 20 km. aprox. por la misma R5 hasta una bifurcación que desvía hacia Chonchi. Aquí se debe mantener el lado izquierdo con dirección Quellón, luego vendrá el cruce Notuco, aquí hay que virar hacia la izquierda donde saldrá indicado hacia el P.N. de Chiloé en Cucao. Sigues por camino pavimentado donde dentro de 35 km se llega a Cucao.
El Parque Nacional de Chiloé está distribuido en tres sectores: Chepu, en la parte norte; Anay, 10 km más al sur, y el Islote Metalqui, a km de las costas de Chepu, los que son recorridos por numerosos cursos de agua que desembocan en el mar.
Tal es la majestuosidad de este territorio, que cuando Charles Darwin visitó la zona, entre 1831 y 1836, destacó en sus escrito el perfume de las flores y la solemnidad del bosque.




Fue así como llegamos al cruce de Notuco, y comenzamos adentrarnos hacia Cucao por un carretera angosta, llena de curvas, pero al parecer recien asfaltada. Durante el camino hacia Cucao se va bordeando los lagos Huillinco y Cucao.






Luego de esos 35 km llegamos a Cucao.




Seguimos avanzando unos pocos kilómetros por Cucao, hasta que llegamos a la entrada del Parque Nacional Chiloé en Cucao.




En la entrada del parque se encontraba estacionada esta maravilla a la espera de algún turista que quisiera una salida "overland" por las playas de Cucao. El recorrido comprende una salida por las dunas de la playa de Cucao y el vadeo de salidas de ríos hacia el mar. El valor por lo que me acuerdo era aproximadamente 5 mil pesos p/p (10 US$).




El ingreso al P.N. Chiloé tiene un cobro de $2.000 p/p (4 US$), al parecer los niños entran gratis. Hasta este momento la única referencia que teníamos del Parque era de que prodríamos realizar un trekking, pero no nos imaginábamos la sorpresa que nos llevaríamos.
Al entrar al Parque lo primero que uno se encuentra es un "Patio de los artilugios", donde se puede observar una maquina moledora de manzana y una prensa para sacar jugo de manzana, luego se fermenta este jugo y se crea la tan apreciada "Chicha de manzana".




Después de avanzar por el parque se puede entrar a una replica de lo que sería un antiguo Fogón utilizado por los indígenas que colonizaron este maravilloso lugar. El fogón es una especie de cocina, donde la gente se reunía alrededor del fuego central para preparar el alimento.




Aquí es donde comienza nuestro espectacular trekking por el Parque Nacional de Chiloé en Cucao, les recomiendo que se preparen porque creo que será uno de los artículos mas largos que haya escrito, ya que fueron muchas las fotos que saque. El lugar da para no cansarse de sacar fotos, pero hasta el momento no nos imaginábamos lo que nos estaba esperando.
Al principio de nuestra ruta nos encontramos con estos maravillosos ejemplares de Nalcas, unas de las plantas chilenas con las hojas mas grandes.






El sendero al comienzo se presenta de maicillo, con uno que otro puente rodeado de plantas que no permiten una gran campo de visión que no sea el mismo sendero, pero esto no le resta encanto al lugar. 






A poco avanzar nos encontramos con este letrero que nos da la bienvenida a nuestro sendero, desde aqui comienza El Tepual. Que es El Tepual se preguntaran... ya verán.




Una cosa que nos llamo mucho la atención fue que al caminar por el sendero nuestro pies se hundía, daba la impresión de caminar por una colchoneta, siendo que el sendero se veía bastante firme entre una mezcla de ripio con maicillo. La explicación de esto es porque estamos caminando por zona pantanosa y el sendero es una intervención dentro de este pantano.




Muchos helechos mutantes!!...




Una panorámica antes de entrar al Tepual, para los que no saben que es el Tepual ya sabrán. Recuerden hacer click para poder ver la panorámica en tamaño real.




Al seguir por el sendero me llamo mucho la atención el cantar de un pajaro, trate de buscarlo entremedio de la densa vegetación, pero no se dejo fotografiar. Era un Chucao, un ave característico de la selva y bosque de la zona sur, abundante en Valdivia y Chiloé. Esto fue solo lo que pude conseguir.




En el sendero se presentaban pequeños puentes donde no se veía agua, pero recuerden estábamos en una zona pantanosa. 




En momentos atravesábamos grandes campos de estos helechos mutantes.






Desde aquí comenzamos a ingresar al Tepual, este letrero nos indicaba el ingreso a una de las mejores caminatas que he realizado en este viaje. Aunque la distancia era solo de 770 metros, no deja de maravillarnos.
Fíjense en la forma del circuito es circular, se finaliza en el comienzo... bueno, yo no me di cuenta de eso y siempre pensé que íbamos en camino recto, eso provoco que el resto de la jornada anduviera super desorientado por el P.N. Chiloé. Luego revisando por Google Earth pude entender como estaba compuesto el Parque. Increíble lo que me ayudaría un GPS en estos momentos.




Paula ya estaba a punto de ingresar al tepual, y ahora es cuando les contare que es un tepual... "La formación llamada Tepual es un bosque de tepúes que con sus troncos entrelazados forman una maraña que permite que sobre ellos se forme un suelo falso de musgos y epífitas a varios metros del suelo verdadero. Este suelo falso hace que sea muy peligroso transitar por un tepual cuando no se ha advertido su existencia o no se tienen precauciones.




Al ingresar al tepual se sube a una especie de pasarela y puente de madera que se transformaría en el medio para atravesar el tepual. Todo el sendero sería a través de esto.






Recuerden caminar solo por la madera, a ratos se alcanzaban alturas de mas de un metro, pero con la densidad de la vegetación no se logra ver el suelo.






El verde se torna muy abundante, cada tronco se encuentra cubierto como de una especie de alfombra de diferentes plantas y musgos, cada vez esto se pone mas espectacular.




Es increíble ver como la vegetación a través del tiempo se fue entrelazando, a ratos de la impresión de ir cruzando un túnel de hojas y troncos.
Trataré de ser breve en mis descripciones, ya que a veces las imágenes dicen muchos mas que las palabras, y esta vez si que hay fotos.




A ratos no se ve suelo, solo mas troncos por debajo de la pasarela de madera. Recuerden que se puede llegar alcanzar una altura de 1 a 1,5 mt de altura.






Cuidado por donde caminas podrías encontrarte con alguna tabla suelta. Son muchas las veces que se camina por el sendero con la cabeza hacia arriba contemplando la magnitud de la vegetación, pero también es probable tropezar con algunas partes donde el camino esta deteriorado.






El telar de vegetación era simplemente alucinante. Era imposible salirse de la ruta para internarse entremedio de los arboles a inspeccionar.








Era exquisito el juego de luces que se producían en ciertas partes donde los rayos del Sol no podían ingresar fácilmente, y el color verde siempre cómplice de esta maravilla. 






La siguiente imagen es una de las que mas me gusta de esta jornada y es con la que comencé la historia de esta expedición al sur de Chile (Día 1).






A ratos como siempre me iba quedando atrás pegado tratando de buscar la mejor foto que refleje lo que estaba viviendo en ese momento, pero siempre un poco mas allá me estaba esperando una personita... mmm... gracias mi amor!.








Una panorámica del sector, aunque encuentro que se ve media rara con los cambios de colores producto del Sol. 
Recuerden que para verla en tamaño grande deben hacer click en ella. Luego atrás para poder volver a donde habían quedado... así de simple ; ).






Que lindo macro no?... pareciera que los troncos estuvieran tapizados de musgo.




A ratos ya comenzaba abrirse la vegetación, nos acercábamos al final del sendero.














Otra vez mas me iba quedando atrás...












El Tepual ya comenzaba a desaparecer, la vegetación a descender. Aquí es cuando nos acercábamos al final de la ruta, pero al mismo tiempo al comienzo, ya que si se acuerdan este circuito es circular. Cosa que nunca entendí.




Comenzaban a aparecer varios de esos helechos tipo mutantes que se encontraban al principio. Los colores de algunos eran simplemente increíbles.






Ya se me estaban alejando nuevamente, iban a toda velocidad a comprar empanadas en un negocio que se encuentra entremedio del Parque. Eso si tiene una dificultad, atravesar una zona pantanosa con mucho barro, de ese que llega a pesar cuando se pega a la planta de las zapatillas.




Me gusta mucho fijarme en las texturas de las cosas, y encuentro increíble la de un tronco caído y húmedo, se merecía capturarlo.






Mas y mas barro...






La última dificultad para lograr llegar donde se encontraban nuestras empanadas. Muy buena la idea de hacer una escalera y no tener que cortar el tronco, independiente que ya este caído.




Al llegar la primera vision que tuvimos fue esto. Nuestro ojos se clavaron, no podían ni pestañar.




A pesar del sabroso asado que estaban haciendo afuera, que tenia un precio aproximado de $3.000 (6 US$). Preferimos las empanadas de queso, ya era mucho el asado. Así que entramos a una especie de comedor donde aprovechamos de descansar, comer y contemplar por un momento el paisaje que teníamos en la ventana.




Chao asado... nos volveremos a encontrar!!!... Debíamos continuar con nuestra ruta.




Retomamos el sendero por el que veníamos con dirección a la entrada, pero antes de llegar salimos al camino por el cual se ingresaba al parque, donde habíamos dejado el Samuka estacionado.






Antes de volver a la entrada del parque nos encontramos con un acceso a otro sendero. Este era el que nos llevaría a la conocida playa de Cucao. Teníamos que verla, así que emprendimos caminata hacia el oeste.




Aquí el camino se hacia completamente diferente. Era arenoso y con vegetación de baja altura aunque muy abundante, no nos permitía ver hacia la playa, pero se sentía que nos acercábamos.






Mas chilcos... ojo no son copihues.








Antes de llegar a la playa y salir de la vegetación para ya entrar a las dunas, se presentaba un pequeño bosque donde ocurría algo muy particular. En este lugar crecían Tepúes y Arrayanes juntos (me corrigen si estoy equivocado en los tipos de árboles), era extraño ver que donde hubiera un Arrayán, crecía al lado casi entrelazandose un Tepúe.










Al salir de este pequeño bosque apareció ante nuestros ojos esta maravillosa vista hacia la playas vírgenes de Cucao. Algo nos faltaba, pero ya estábamos cada vez mas cerca. 




Dos panorámicas para poder apreciar mejor estas imagen. Realmente era increíble la variedad de paisajes que encontrábamos en este pequeño sector.






Mientras esperábamos a Fermín y Carla, Paula aprovecho de descansar un poco. Ya estaba un poco agotada, pero quería seguir... solo era un descancito.


    

Seguimos en nuestro caminar hasta que nos dimos cuenta que para poder llegar había que cruzar un trayecto de barro, pero mas que barro agua. No se podía cruzar con zapatillas, así que la mayoría de las personas se sacaba las zapatillas y a pies descalzos continuaba. 
Al principio las mujeres titubearon un poco, pero luego de insistir logramos que metieran los pies en el barro. Aunque debo reconocer que era un poco asqueroso y bastante hediendo, lo bueno fue que aperraron igual. 
Como había que sacarse las zapatillas y los calcetines para quedar en pies descalzos, Paula en una acrobacia nunca antes vista se logro sacar las "panty" (medias) sin bajarse ni sacarse el pantalón. Todavía trato de entender como lo hizo, pero no lo consigo.






El primer paso era el que mas costaba, después se sentía bien... mmmm... viscoso, pero sabroso.








Nótese la técnica de los brazos entrelazados, bien afirmadas... Nos caemos las dos o ninguna.






Bien!!... lo lograron!!.




Atravesando una duna tuvimos nuestra primera visión de la playa de Cucao, conocida por su extensión y tranquilidad. No se trata de una playa como las zona central de Chile, no se ven ni autos, ni menos mares de gente, ni la persona gritando ¡palmerita, pan de huevo!. Me recordó mucho a la playa de la boca, por sus dunas y extensión, pero por sobretodo por su arena negra.








Capturando los momentos románticos de Carla y Fermín. Quedo una bella toma, parece postal de calendario... eso si... jkajkajkajka!




Al llegar a la playa una familia que se estaba retirando nos pregunto si nos queríamos quedar con una fogata que habían armado, y por el frío que hacia aceptamos inmediatamente.




Mientras estábamos sentados disfrutando de la fogata y calentando nuestros pies, atravesó ante nuestros ojos un tipo cabalgando a toda velocidad en su caballo, supongo que era una yegua ya que detrás de ellos también los iba siguiendo un potrillo.La imagen parecía sacado de una película, solo faltaba que el tipo fuera un indio cabalgando a pelo, me sentí viendo una escena de Spirit.






Ya era momento de volver al Samuka, así que antes de partir le preguntamos a unos tipos que venían llegando si se querían quedar con la fogata, ellos aceptaron. Quien sabe quien habrá apagado esa fogata definitivamente, pero ahí quedo calentando a mas personas, ya era momento de dejarla atrás.




Como se imaginaran nuevamente tuvimos que meter los pies al barro y cruzar esa zona para poder llegar al camino que nos llevaría de vuelta al Samuka. Esta vez no costo tanto, fue mas rápido... ya sabíamos que no había otra alternativa.






Luego de secar nuestros pies y ponernos las zapatillas, continuamos con nuestro camino de retorno. Nos seguíamos maravillando con la flora del lugar y con las imágenes de los caballos que habíamos visto anteriormente sueltos entremedio de la vegetación.






Finalmente llegamos a la entrada del Parque donde habíamos dejado estacionado el Samuka. Estábamos listos para partir de regreso hacia Ancud, cuando nos percatamos que no se encontraba el Unimog afuera del Parque. Lo mas probable era que turistas lo hubieran arrendado para dar algunas vueltas por las dunas de la playa de Cucao, así que avanzamos con dirección hacia la costa para ver si lográbamos verlo o quizás poder ingresar a las dunas con el Samuka.
Luego de avanzar unos cuantos kilómetros llegamos a un camino de tierra, el cual a rato se mezclaba con arena, estábamos bordeando la playa. Finalmente encontramos un ingreso que nos llevaría a las dunas y claramente se podía ver que el Unimog con sus grandes neumáticos hace muy poco había pasado por ahí.
Entramos a una zona de dunas, pero con arenas bastante húmedas por lo que no comprendía una mayor dificultad, solo unos cuantos vadeos que no superaron la mitad de la rueda. Hasta que finalmente llegamos a una especie de ojo de mar de unos 100 metros de ancho por donde desaparecían las huellas dejadas por el Unimog, era un cruce obligado para poder llegar a la orilla de la playa. La única forma que teníamos para ver si el Samuka podía cruzar era ingresando y medir la altura del agua, para no arriesgar quedar en medio del vadeo. Pero la verdad es que ya se hacia de noche y nos arriesgaríamos mas de la cuenta, quizás en otro momento con un acompañante en otro 4x4 podríamos haberlo hecho, pero considerando la hora y los recursos era mucho para ese día. Hasta aquí llegamos y emprendimos la vuelta hacia Castro.






Mientras viajábamos de vuelta nos propusimos pasar a comer algo a Castro, pero no sabíamos que. Yo recordé un sabio consejos de mis amigos en su viaje anterior hasta Chiloé: 

- Si van a Chiloé no pueden perderse una Pichanga Chilota... Lo escuche como un recuerdo dentro de mi cabeza.

Les conte de este sabio consejo a Paula, Carla y Fermín, y les dije: "No podemos irnos de Chiloé sin comer antes una Pichanga Chilota". Con ese convencimiento en mis palabras logre que aceptaran, pero me preguntaba que es lo que trae la pichanga.
La verdad es que muy claro no lo tenia, pero si sabia que traía muchas cosas, que era un plato muy grande y que no nos arrepentiríamos.

Entramos finalmente a Castro, y primer restaurante que nos topamos en la plaza de armas tenia escrito en su carta... Pichanga - $10.000 (20 US$).  Por lo tanto estacionamos el Samuka y pasamos, el ambiente se sentía bastante agradable. Habían 2 tipos tocando en vivo música chilota, y varias mesas con turistas.




Pedimos la famosa Pichanga Chilota, unos Shop para espera la pichanga y una botella de vino tinto para acompañar la famosa pichanga.
Entre tanto disfrutábamos del grato ambiente apareció ante nuestros ojos la Gran Pichanga Chilota. Una bandeja con enorme surtido de picoteo en forma de cerro.
Fue tanto el impacto que un gringo de la mesa de al lado se paro, se acerco a la mesa y nos dijo:

- One picture... please - mostrándonos una cámara.

Nosotros le dijimos que no había problemas, pero que nos sacara una con mi cámara después... y este fue el resultado.  La verdad es que la pichanga no se ve mucho con el shop que la esta tapando, pero tranquilo ya vamos a ir a los detalles.




Bueno, les cuento que componía la famosa pichanga. Recuerdo que traía... huevo duro, tomate, pepinillos, coliflor, palta, aceitunas, longaniza, carne de vacuno y una cama al fondo de papas fritas.






Cuando comenzamos a comer una pareja que había llegado hace poco tiempo atrás nos preguntaba como se llamaba esa ensalada, la verdad es que parecía mas bien ensalada de colesterol. La parte de abajo era una gran cantidad de papas fritas, longaniza y carne. Luego de unos minutos ya podíamos ver el final de la bandeja.




Finalmente no quedo nada. Encuentro increíble que en Santiago no vendan este gran invento, si me equivoco por favor avísenme donde lo puedo encontrar.




La verdad es que luego de este festín quedamos buenos para nada, estábamos tan llenos que no éramos capaz de movernos. 
Con esta última imagen podemos observar en la expresión de Fermín de lo complicado que se encontraba.




Así se convirtieron las Pichangas Chilotas en una de las cosas que si hay que probar en Chiloé, las recomiendo 100%. La verdad es que pensandolo bien el día de hoy es uno de los que recomiendo como visita obligada en un viaje a la Isla de Chiloé. 

El día de mañana será una de las mas memorables en este largo viaje por el sur, ya que primero que todo comeremos Curanto (en este restaurante nos conseguimos un dato) y porque llegaremos al lugar mas Austral de este viaje, a la ciudad de Quellón donde tenemos como meta final de este viaje llegar al Hito 0 de la Panamericana y festejar con unas copas de un champagne que ha viajado con nosotros desde Santiago, ya que es aquí donde nuestro viaje comienza de vuelta hacia el norte, donde nos quedan muchos mas lugares y personas por conocer.

Saludos a todos los Samukeros!!!!

Para ver todas las fotos de esta jornada haz CLICK AQUÍ.

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Don_Checho





2 comentarios:

  1. llegué acá googleando tepual, quería saber por qué el aeropuerto de Puerto Montt se llamaba asi pues mi hija va camino a las Torres y me Watsapeo "mamá este aeropuerto huele a madera, a la madera del techo!" y me encontré con tu hermoso relato. Te felicito! Me encantó la fotografía y la forma de contar el viaje. De todas maneras si voy a Chiloé pasaré por esta ruta. Saludos!

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  2. Gracias por relatar tu experiencia. Es nuestro primer viaje a Chiloe...

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